Comunicado
El 8 de marzo es una fecha histórica que conmemora
el levantamiento de las tejedoras y modistas en San Petersburgo en
1917, y que constituyó la chispa de la primera fase de la Revolución de
Febrero. Las trabajadoras pidieron a través de la huelga la
transformación del sistema político y económico. Quedó así establecido y
reconocido internacionalmente en la Conferencia de Mujeres Socialistas
de 1921 en la URRS como el Día de la Mujer Trabajadora.
Posteriormente en 1975 la ONU retiró la referencia a su carácter de clase instaurando el “Día Internacional de la Mujer”, iniciándose así la despolitización de este día.
Desde el bloque feminista de clase reivindicamos la necesidad
imperante de ligar la explotación capitalista con la opresión
patriarcal; visibilizando cómo los intereses de la clase dominante se
sostienen no sólo a costa de la clase obrera en general, sino de la
mujer obrera en particular. Ejemplo de ello es la feminización de la
pobreza, que muestra como no sólo se trata de cuantificar (horas,
salario), sino de hablar del trabajo doméstico y de cuidados no
remunerados, así como la evaluación de la economía sumergida o la
feminización de determinados trabajos y su estigmatización.
Otro ejemplo se vive en estos momentos en el Estado español, donde se está produciendo una grave situación de privación de nuestros derechos sexuales y reproductivos, una vez más quieren decidir (y utilizar) a las mujeres en pro de los intereses político-económicos.
De forma que manteniendo la violencia sobre las mujeres, exigiéndolas la dedicación de su tiempo al cuidado de las hijas e hijos y la unidad familiar en general, presentando además la familia nuclear como único modelo social válido; consiguen que la responsabilidad deje de ser colectiva (social) e inclusive estatal, pasando a ser individual y ligada a la feminidad. Además, con la penalización del aborto se retira la importancia de la salud reproductiva de las mujeres, a pesar de los feminicidios (muertes de mujeres por el hecho de serlo por motivos machistas) que se generarán, por ejemplo, con el aborto clandestino, consiguiendo con ello mantener el control, una dominación sobre las mujeres que no podemos permitir.
Para ello es necesario que desde la lucha feminista rompamos con el
patriarcado; sus estructuras, roles de género y su violencia. Éstos se
reproducen dentro de la propia clase obrera, dividiendo y ayudando a
conformar y mantener el sistema vigente (capitalista, patriarcal y
heteronormativo). Para ello debemos enfrentarnos, no dejar impunes las
actitudes sexistas que nos encontramos diariamente, el feminismo no es
sólo una teoría, es una actitud, una lucha. Es imprescindible que la
lucha de clases esté ligada a la emancipación de las mujeres, contra su
dominación y contra la violencia de género en todas sus vertientes
(individual, sistémica, sexual, etc.), que en gran parte de sus
manifestaciones queda invisibilizada e infravalorada como problema
social. Es por ello que exigimos un verdadero compromiso y trabajo de
deconstrucción de sus roles y de renuncia del poder acuñado e
injustamente despojado a las mujeres.
Desde el Feminismo de Clase nos vemos en la obligación de denunciar,
como venimos haciendo desde hace años, la manifestación oficial
convocada para el 8 de marzo. En principio se desarrolla aglutinando
diferentes colectivos y personas, unidas/os en teoría por una misma
causa: el fin de la dominación de género en búsqueda de una igualdad
entre los géneros, avanzando hacia la búsqueda de una libertad y
deconstrucción de dichos roles que permita la autodeterminación y
construcción propia por parte de cada persona.
Sin embargo desde hace años vemos cómo a ésta acuden multitud de reivindicaciones, algunas buscan solamente la igualdad institucional (voto, voz, poder adquisitivo, entre otras) que no profundizan en los problemas y construcciones fruto de la dominación de género actualmente vigentes. Por ello acudimos para comunicar nuestra postura y para impedir que desde la clase dominante se reclame una supuesta igualdad que sólo beneficie sus intereses. Por otro lado la completa despolitización de dicho día fomenta que quienes se manifiesten se olviden del verdadero origen de carácter obrero y revolucionario que reside en él.
La abolición del patriarcado depende directa y bidireccionalmente de la abolición del capitalismo, generando una sociedad sin clases, sin esto no obtendremos una sociedad igualitaria. No buscamos la paridad en la capacidad de explotación. No queremos que las mujeres puedan optar a formar parte de la burguesía, porque no queremos apoyar el poder de ésta. Abogamos por una sociedad en la que exista una igualdad que permita a todas las personas desarrollar de este modo sus vidas. Por eso desde el Bloque Feminista de Clase reclamamos el 8 de marzo como un día de lucha feminista y obrera, el Día de la Mujer Trabajadora. Luchamos e invitamos a la unidad en la lucha feminista de clase como medio necesario contra el patriarcado y así conseguir una verdadera sociedad sin discriminación en ninguna de sus vertientes.
¡POR UN FEMINISMO REVOLUCIONARIO Y DE CLASE!
¡SIN FEMINISMO NO HABRÁ REVOLUCIÓN!