Sábado 9 de noviembre de 2013 a las 18:00h. Metro Torre Arias
Convoca: Coordinadora Antifascista de Madrid
Apoya: Madres Contra la Represión, Antinazis Getafe, CSOA La Casika,
Juventud Consciente, Ciempozuelos Antifascista, Asamblea Feminista
Panteras, Solidaridad Obrera.
CONTRA LA VIOLENCIA FASCISTA, ORGANIZACIÓN EN CADA BARRIO
Una de las muchas cosas que podemos aprender de la experiencia del
antifascismo militante parisino de los 80, es que la calle es un
escenario político, como afirmaban por aquel entonces los Red Warriors. Y
como escenario político, es necesario e importante actuar sobre él. En
las calles de los barrios de trabajadores de las grandes ciudades, es
donde se construyen y se sostienen la mayoría de las relaciones sociales
que dan carácter a nuestra clase social, y forman su cultura. Es por
esto que consideramos que es necesario que las calles de nuestros
barrios permanezcan en las manos de nuestra clase.
Porque mantener nuestros barrios libres de violencia fascista y de
relaciones de dominación es necesario; sólo de este modo seremos capaces
de relacionarnos de forma libre. Y como la historia nos ha enseñado
innumerables veces, nadie lo hará, aparte de nosotros: los trabajadores,
los inmigrantes, estudiantes, mujeres, homosexuales, y antifascistas.
El fascismo lleva asesinando 100 años, apareciendo siempre como punta
de lanza que salvaguarda los intereses de la burguesía cuando esta se ve
amenaza, y radicaliza sus posturas. El estado aplica políticas de
carácter racista y clasista; los jueces acentúan su represión y la
policía su violencia; los medios vomitan constantemente mentiras y
manipulaciones dirigidas a mantener en el letargo a la clase
trabajadora; y las calles se llenan de perros de presa dispuestos a
acallar con violencia cualquier voz que se levante disidente contra la
“normalidad” del sistema capitalista, su legalidad y su moralidad.
Pero pese a ser sólo una de las facetas de la ofensiva que la clase
dominante ejerce contra la clase dominada, la violencia fascista tiene
un carácter de crudeza y de brutalidad que la señala como un elemento a
frenar y a hacer desaparecer, como forma de garantizar la seguridad, la
integridad y la propia vida de nuestra clase social.
Estas agresiones buscan crear un estado de pánico en la conciencia
colectiva de los movimientos populares, como mecanismo para mantenerlos
callados y sumisos. Es por eso que es necesario romper con ese efecto
que busca crear; mientras ellos quieren implantar el miedo entre la
clase trabajadora, nuestra responsabilidad es la de perderlo. Eliminar
su mayor arma política debe ser el primer paso en el camino que nos guíe
hacia la construcción de las relaciones personales y de clase en
libertad y solidaridad que buscamos. Romper con su miedo para crear
nuestra fuerza.
Y para hacer esto, es necesario que del seno de nuestra clase surjan
las organizaciones encargadas de asegurar que el miedo se quede fuera de
nuestros barrios, haciendo desaparecer la violencia y los elementos
fascistas de las calles que pisamos todos los días.
Sólo con la organización en nuestro medio natural: los centros de
trabajo y los barrios de trabajadores; podremos enfrentarnos de forma
efectiva y decidida contra el miedo y la violencia que los perros de
presa de la burguesía quieren traer a nuestras calles. Demostremos que
estamos pisando esas aceras, y que lo hacemos sin miedo, y con la
convicción de que mediante la organización y la acción, podemos romper
cualquier yugo que nos quieran poner.
Por todo esto, hacemos un llamamiento a todos los colectivos
antifascistas a sumarse a la convocatoria del próximo día 9 de
Noviembre, para demostrar que en cada calle, en cada barrio, se le
planta cara al fascismo.