
Fuentes del caso han informado a Efe de que el juicio ha quedado
aplazado al 7 de febrero próximo ya que no había sido citado como
testigo un policía cuyo testimonio es fundamental para demostrar la
agravante que aplica la Fiscalía de haber actuado en grupo y por motivos
racistas.
La Fiscalía les acusa de un delito contra la
integridad moral con la agravante que recoge el artículo 22.4 del
Código Penal de haber actuado por motivos racistas, antisemitas o de
discriminación por la etnia o raza de la víctima, por lo que sitúa su
petición de condena en 22 meses de cárcel.
En caso contrario, la agresión quedaría reducida a una falta y una condena de multa, han precisado las citadas fuentes.
El escrito de acusación del fiscal, al que ha tenido acceso Efe,
explica que los acusados se encontraron a las 18 horas del 12 de octubre
del 2009 a dos cuidadores de raza negra en el establecimiento Opencor
de la avenida República Argentina de Sevilla, y "con ánimo de
menospreciar el color de su piel" empezaron a llamarles "negros de
mierda, fuera de este país, ladrones" al tiempo que les golpeaban "con
brutalidad".
Los dos agredidos huyeron del local pero
fueron perseguidos por los acusados, y como consecuencia de las lesiones
fueron atendidos en un centro sanitario y tardaron en curar cuatro y
siete días respectivamente de las contusiones que sufrieron en la cabeza
y zona lumbar.
Además, el fiscal les imputa dos faltas
de lesiones por las que pide 420 euros de multa por cada una y el pago
de una indemnización a cada agredido de dos mil euros.
Los acusados Gustavo Adolfo P.P., Juan Manuel G.M., Mario P.Z., Rubén
O.B. y Miguel Angel G.B. son "miembros activos" de un grupo skin de
ideología nazi, afirma el fiscal.
Por su parte, los dos
agredidos, identificados como Mouhamadou D.S. y Abduleye P.S., se han
personado como acusación y reclaman además una indemnización de 18.000
euros cada uno por los daños psíquicos y morales.
En la
actualidad se encuentran en paradero desconocido pero el juzgado ha
admitido como prueba su declaración policial, según las citadas fuentes.
La Fiscalía precisa en su escrito que los acusados vestían con estética
neonazi y, tras la agresión, se dirigieron a un concierto de "Estirpe
Imperial" y "Céltica", que "son conocidos grupos de la escena neonazi,
que utilizan sus letras como instrumento de difusión de las ideologías
ultraderechistas dentro de la juventud".