Dos de los 1700 policías destinados
a Göppingen (ciudad del sur de Alemania) resultaron heridos, durante
una marcha nazi-fascista y la manifestación de respuesta de varios
grupos y colectivos Antifascistas.
Los Antifascistas lanzaron botellas y piedras a los policías que 'velaban por evitar' los enfrentamientos entre ambos grupos.
Los Antifascistas detuvieron parciamente las comunicaciones en la ciudad, al cortar las vías del tren, quemando neumáticos.
Así trataron de evitar la llegada de los nazi-fascistas a Göppingen.