Entre los cables secretos de la era Kissinger destaca el que pone por escrito los esfuerzos de la Santa Sede, representada por el número dos del papa Pablo VI, Giovanni Benelli, por defender al régimen militar chileno y por negar su represión, cuya denuncia atribuyó a la "propaganda comunista" pese a estar acreditada hasta por prelados conservadores de la Iglesia
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Juan Pablo II y Pinochet durante la visita del Papa a Chile en 1987. |
Todos sabíamos que la Iglesia católica colaboró con el régimen
militar de Augusto Pinochet en Chile, y que toleró los crímenes de lesa
humanidad de su régimen dictatorial, pero toparse con un documento en el que se expone por escrito cómo el número dos del Papa (en ese momento, el venerado por "progresista" Pablo VI) apoya en nombre del Pontífice el golpe de Estado contra la democracia en Chile, constituye un descubrimiento periodístico de primera línea.
Tal como esta misma madrugada deja patente La Repubblica, uno de los 15 medios de comunicación del mundo que participa (con Público) de la exclusiva de Wikileaks,
el sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano, Giovanni Benelli,
expresó a los diplomáticos norteamericanos (el 18 de octubre de 1973 y
en un encuentro que nada tenía que ver con ese tema) "su grave
preocupación, y la del Pontífice, sobre la exitosa campaña internacional izquierdista para falsear completamente las realidades de la situación chilena".
En
aquella fecha, Benelli era en la práctica el número dos del Papa,
puesto que el secretario de Estado, el cardenal Amleto Giovanni
Cicognani, era demasiado anciano para cumplir con la mayor parte de sus
funciones y había entregado el cargo a su sustituto. Así que ese
florentino (nacido en el pueblo de Vernio, muy cercano a la cuna de
Maquiavelo) trabajó estrechamente durante un decenio con su antiguo
maestro, Pablo VI. Hasta ganarse el apodo de "Kissinger del Vaticano" por su agresiva, casi autoritaria, gestión al frente de la diplomacia de la Santa Sede.
Alianza entre Nixon y Pablo VI
Tan importante era Benelli en el Vaticano que fue él quien recibió en persona a Richard Nixon al pie del helicóptero
en el que el presidente de EEUU aterrizó en la Plaza de San Pedro en
1969 para sellar la alianza anticomunista entre la Casa Blanca y la
Santa Sede que dio origen a los más crueles golpes militares en América
Latina.
Tras el golpe de Estado de Pinochet, "Benelli tildó la
exagerada la cobertura de los acontecimientos [en Chile] como
posiblemente el mayor éxito de la propaganda comunista, y subrayó el
hecho de que incluso los círculos moderados y conservadores parecían muy
dispuestos a creer las mentiras más burdas sobre los excesos de la Junta chilena",
escribió en su informe la Embajada de EEUU en Roma, en un cable
clasificado "SECRETO" y con el código "EXDIS" de máxima reserva.
"Al
darse cuenta de que la caída de Allende era uno de los mayores reveses
para la causa comunista, dijo Benelli" (tal como expone el cable
diplomático estadounidense ROME10729), "las fuerzas izquierdistas han
minimizado ampliamente los daños al convencer al mundo de que la caída
de Allende fue debida exclusivamente a fuerzas fascistas y externas, en
vez de a los fallos de su propia gestión política, como realmente
ocurrió. Benelli expresó sus temores de que el éxito de esta campaña de
propaganda comunista pueda influir en los medios de comunicación del mundo libre en el futuro".
"Las
historias de los medios internacionales que hablan de una represión
brutal en Chile no tienen fundamento" aseguró el número dos del Papa En
cuanto a la represión del régimen militar pinochetista, el número dos
de Pablo VI sentenció: "Como es natural, desafortunadamente, tras un
golpe de Estado, hay que admitir que ha habido algún derramamiento de sangre en las operaciones de limpieza
en Chile, pero la Nunciatura en Santiago, el cardenal Silva y el
Episcopado chileno en general han asegurado al Papa Pablo que la Junta
está haciendo todo lo posible para que la situación vuelva a la
normalidad y que las historias de los medios internacionales que hablan
de una represión brutal no tienen fundamento".
Además, Benelli
(que fue candidato a Pontífice tras las muertes de Pablo VI y de Juan
Pablo I) alegó que no se podía poner en duda "la validez ni la
sinceridad de la interpretación del cardenal Silva" porque, en su
opinión, dicho prelado, era "uno de los más destacados progresistas dentro de la Iglesia".
Después, Benelli reconoce que "el Papa ha estado bajo dura presión interna en la Iglesia, especialmente desde Francia,
para hablar contra los excesos de la Junta" de Pinochet. Y que "pese a
los esfuerzos del Vaticano, la propaganda izquierdista ha tenido un
éxito notable incluso con algunos de los cardenales más conservadores y
con prelados que parecen incapaces de considerar la situación con
objetividad. El resultado es que los izquierdistas han logrado crear una
situación en la que el Papa sería atacado por los moderados si defiende
la verdad en Chile".
Más aún, "el Vaticano está convencido, y
la Nunciatura ha confirmado, que durante los últimos meses del Gobierno
de Allende, la Embajada de Cuba estaba sirviendo como arsenal para distribuir armas fabricadas en Europa del Este a los obreros chilenos", afirma Benelli.
El
informe secreto de la Embajada de EEUU ante el Vaticano termina con una
corta frase, sin duda restando importancia al tema puesto que lo deja
para el final:
"El Vaticano informó la semana pasada a un intermediario izquierdista de que el Papa no podría recibir a Isabel Allende, y Benelli cuenta con que esto provocará nuevas críticas contra el Vaticano.
SECRET".
Así termina el cable.
http://www.publico.es/internacional/453284/el-vaticano-colaboro-con-eeuu-apoyando-el-golpe-de-pinochet