Hoy, 1º de mayo, conmemoramos, cuando miles de trabajadores de EEUU en 1886 se plantaron y se unieron en una jornada de lucha.
Mayo 2011: En la radio la previsible noticia de un nuevo recorte, una nueva reforma, una nueva privatización, una subida de tarifas o de impuestos para los de abajo.
Mirando que no nos quedan ya agujeros para apretarnos más el cinturón, vamos oyendo la cantinela de gobierno, políticos, patronal, tertulianos y sindicatos subvencionados (sí, esos mercenarios pactistas), alabando el “diálogo social”, mientras guardan silencio sobre una banca y unas empresas energéticas a punto de reventar de beneficios, mientras nos dictan las órdenes de los “mercados”, el capital que no concibe limitar la exigencia de nuevos recortes y ajustes.
Guardan silencio sobre las consecuencias de los recortes en el gasto público y de la privatización de servicios esenciales como el agua o la sanidad. Guardan silencio, hasta que pasen las elecciones de mayo, sobre el repago de los medicamentos de la sanidad pública, sobre la corrupción de políticos de todo signo enriquecidos en cantidades astronómicas y sueldos desorbitados por vendernos cada día al mejor postor inmobiliario, hidroeléctrico, bancario o financiero.
Guardan silencio cuando preguntamos porqué tiene que ser el PSOE el que acredite el mayor historial de reformas laborales al servicio del capital, contra los derechos de la clase trabajadora, si no es por la eficacia de su hipocresía, la que mayor confusión y desarme genera en quienes tendrían que rebelarse.
No son los únicos. La capacidad de respuesta de los trabajadores de este país ha sido desmontada pieza a pieza por una coalición de capital, gobierno y por la traición de las burocracias sindicales, dependientes de ellos tras años de prácticas corruptas.
Hoy día una reforma laboral supone siempre un retroceso, pero esto no fue siempre así. Antes los trabajadores hacían frente juntos a los abusos del poder que los mantenía casi en condiciones de esclavitud: la asociación, las huelgas solidarias, la práctica de apoyo mutuo entre trabajadores, la gestión obrera de fábricas, la participación activa de los trabajadores en organizaciones obreras independientes del poder, etc., obligaron a las poderosas oligarquías a doblar la rodilla, devolviéndonos una parte de lo que nos roban, mediante un sistema de protección social y unos derechos laborales que, hasta hace poco, disfrutábamos y que nos están arrebatando, mientras nos quedamos impasibles o nos lamentamos en la taberna.
Hoy, 1º de mayo, conmemoramos, cuando miles de trabajadores de EEUU se plantaron y se unieron, organizando en 1886 una jornada de lucha para la jornada laboral de 8 horas: trabajar menos, para trabajar todos.
De aquella lucha recordamos a los mártires de Chicago, pero también debemos recordar que esa movilización consiguió sus objetivos, tanto de jornada, como de concienciación y organización de clase.
No hay recetas mágicas, pero sí hay solución: es esa conciencia de clase, así como el internacionalismo y solidaridad obreras por encima de cualquier diferencia, las mejores herramientas de defensa del trabajador frente a los abusos del poder.
Sólo participando activamente en organizaciones obreras autónomas, independientes de las subvenciones del estado, asamblearias, sin jerarquías, autogestionadas y financiadas únicamente por las cuotas de sus afiliados es como podremos hacer una defensa colectiva de nuestros intereses como trabajadores, mientras caminamos hacia una nueva sociedad donde estén igualmente repartidos el esfuerzo y la riqueza.
El sindicato CNT-AIT tiene esas características. Desde hace más de cien años, con su trayectoria de lucha y dignidad, y su constancia de práctica sindical opuesta a la del sindicalismo vendido, la CNT-AIT es una referencia para los trabajadores y trabajadoras que dicen “¡Basta ya!”.
La CNT-AIT es un sindicato en el que somos las trabajadoras y los trabajadores quienes decidimos. Aquí nadie cobra por ser sindicalista; somos trabajadores/as como tú.
La CNT-AIT es un sindicato independiente, de clase, y por eso no admitimos subvenciones ni de las empresas ni del Estado.
Ahora mismo, en la calle, en las empresas, la CNT-AIT, libre de ataduras, tiene en marcha una campaña de información y movilizaciones, con diferentes actos a los que te invitamos a participar.
Trabajador/a:
Tenemos el deber de defender lo que es nuestro. No te engañes: piensa que nadie lo hará por ti. Igual que en 1886, podemos volverlo a lograr.
No estás solo/a y por eso te invitamos a unirte en la CNT-AIT a otros trabajadores y trabajadoras que peleamos todos los días por la dignidad, la justicia y la libertad.
Actúa, organízate y lucha por lo que es de todas/os, en la CNT-AIT
POR LA MOVILIZACIÓN CONTRA LOS PACTOS ANTIOBREROS
Y EL SINDICALISMO SUBVENCIONADO
UNIÓN, ACCIÓN, AUTOGESTIÓN