miércoles, 2 de septiembre de 2009

Entrevista al colectivo de Amigxs y Compañerxs de Carlos Palomino

"La historia del Estado español es la historia de la impunidad del fascismo. Se ha articulado un movimiento antifascista madrileño que es más plural y fuerte que nunca"

La Haine.- El rostro de Carlos vuelve a contemplar Madrid desde multitud de barrios y pueblos. ¿Cómo está siendo la campaña pública que habéis lanzado ante el juicio al asesino de Carlos?
Amigxs y Compañerxs de Carlos Palomino.- Hemos iniciado una campaña informativa muy intensa, repartiendo miles de panfletos en bocas de metro y en festivales, colgando pancartas en puentes, pegando carteles en multitud de barrios... nuestro objetivo es que la sociedad esté informada de lo que va a ocurrir el 14 de septiembre y que tenga de antemano una visión alternativa a la que presentarán los medios de comunicación burgueses. Esta campaña además es para llamar a la manifestación del 12 de septiembre entre Plaza Elíptica y Legazpi, que pretende hacer fuerte el mensaje “ni olvido ni perdón”, un mensaje de apoyo a la lucha antifascista y anticapitalista por la que Carlos murió y que está por encima de lo que dictaminarán los jueces.

LH.- La delegación del gobierno y la prensa ya han avisado de un dispositivo policial especial para los días previos al juicio y han publicado noticias criminalizadoras. ¿Qué papel creéis que jugarán los medios? ¿y la nueva delegada del gobierno?
ACCP.- El pasado 28 de marzo, con la aparición de los nazis insultando y burlándose del recuerdo de Carlos frente a su propia madre en el Puente de Vallekas y protegidos por la policía, quedó claro que la estrategia de los grupos ultraderechistas cercanos al Poder es provocar al movimiento antifascista para que reaccionemos y así poder publicar titulares de “disturbios”. Lo que buscan mediáticamente es adjudicar al antifascismo una actitud violenta para justificar así que Josué Estébanez actuó “en defensa propia” y, también, para aislarnos como movimiento social haciendo que parezca que este tema sólo afecta a los “radicales” y que es ajeno al resto de la población trabajadora. En este sentido la Delegación de Gobierno tiene toda la responsabilidad de lo que está ocurriendo, así como de las provocaciones que puedan tener lugar en los días previos y durante el juicio, que probablemente se darán.
Lo mismo ocurrió en el juicio contra el asesino del joven activista Guillem Agulló en Valencia (asesinado en 1993): el día que comenzaba el juicio la policía cargó contra los antifascistas que fueron a recordarle y la prensa aprovechó para criminalizar al movimiento.
LH.- ¿Qué esperáis del juicio?. En el comunicado habláis de la responsabilidad del ejército español y la complicidad de la policía con los grupos nazis, ¿cómo se va a plasmar esto en la acusación?
ACCP.- Nuestro trabajo no se centra en el ámbito legal sino social. Nosotros esperamos que el juicio pueda satisfacer los deseos y esperanzas de Mavi y los familiares de Carlos, a quienes damos todo nuestro apoyo y lo hemos hecho siempre. Más allá de esto, ya hemos dicho públicamente que no creemos en la justicia burguesa del estado español, básicamente porque la historia de este Estado es la historia de la impunidad del fascismo.
Durante la dictadura franquista hubo decenas de miles de desaparecidos/as y asesinados/as y no ha habido ni un solo juicio contra los represores/as y torturadores/as, ni siquiera se ha intentado sacar a la luz pública la verdad de lo que ocurrió ni se ha apoyado a los familiares de las víctimas. La actual Ley de la Memoria Histórica precisamente lo que busca es pasar página y oficializar la impunidad de los fascistas. No por casualidad el régimen actual es heredero del anterior, sin que se hayan hecho depuraciones en las Fuerzas de Seguridad del Estado ni en la judicatura y con un Jefe de Estado (el Rey Juan Carlos I) que fue nombrado por Franco como su sucesor en 1969, y que ya en momentos de enfermedad de Franco le sustituyó al frente de la dictadura, como el 27 de septiembre de 1975, día en que fueron fusilados Txiki, Otaegi, Baena, Sánchez Bravo y García Sanz. Además la actual Audiencia Nacional es continuadora del Tribunal de Orden Público franquista, considerada como una institución inquisidora sobre cuestiones políticas.
En la llamada Transición había la misma cobertura por parte del Estado a fascistas y cuerpos represivos, produciéndose numerosas muertes por disparos de la policía en movilizaciones así como por atentados fascistas planificados desde las cloacas del Estado. Todos ellos sin llegar al fondo de la cuestión, quedándose siempre en lo superficial y suavizando las condenas. Ejemplos de esto son el caso de la matanza de los abogados de Atocha en 1977 perpetrado por un grupo de extrema derecha; también la masacre del 3 de marzo de 1976 en Vitoria por parte de la policía contra trabajadores (matando a 5 e hiriendo a más de 100) con Manuel Fraga como ministro responsable; o los sucesos ocurridos en el monte navarro de Montejurra, donde en 1976 grupos armados fascistas abrieron fuego contra los participantes de una romería carlista de izquierdas; también el asesinato de la militante estudiantil Yolanda González, asesinada en Madrid en 1980 por miembros de la organización ultraderechista Fuerza Nueva vinculados a la policía nacional y la guardia civil.
Pero la impunidad del fascismo no es cosa del pasado. Sin ir más lejos en agosto de 2004 fue asesinado el joven okupa Roger a manos de un grupo de neonazis. 2 años después sus amigos y familiares denunciaban que habían desaparecido en comisaría todas las pruebas del crimen, no se había interrogado a ninguno de los testigos presenciales, el juez había manipulado la opinión del jurado popular y, para colmo, uno de los asesinos había sido absuelto y el otro recibió la pena mínima.
Así mismo, en 2007 Pedro Cuevas, el asesino del valenciano Guillém Agulló, se presentó a las elecciones municipales del 27 de mayo como candidato en las listas del partido de extrema derecha Alianza Nacional. Y otro de los implicados en esta muerte, Manuel Canduela, en la actualidad preside el partido político nazi Democracia Nacional, cuyas juventudes organizaron la manifestación xenófoba a la que acudía el asesino de Carlos en aquel fatídico 11 de noviembre de 2007.
Está demostrada la impunidad que sobrevuela los asesinatos fascistas, cuyo objetivo es amedrentar a la gente que lucha por un mundo justo y digno. Por eso decimos que “sin justicia no habrá paz”, porque sin justicia social no habrá paz social, por mucho que los sindicatos vendidos quieran desmovilizar a la gente, por mucho que la policía reparta palos a quien alce su voz para defender cualquier derecho básico y por mucho que el fascismo asesino goce del respaldo institucional.
Cuando hablamos de justicia pretendemos ir más allá del juicio contra Josué Estébanez; queremos ir a los valores por los que Carlos luchó, que son los valores de la justicia social y de la dignidad frente a los valores del fascismo y el capitalismo.

LH.- ¿Cómo valoráis todo el trabajo que se viene realizando desde el 11 de Noviembre de 2007? ¿Es más fuerte el movimiento antifascista en la ciudad y en qué sentido?

ACCP.- Por un lado se ha puesto sobre la mesa que las organizaciones fascistas no sólo siguen existiendo y siguen asesinando en Madrid, sino que llevan mucho tiempo campando a sus anchas con el amparo del gobierno y la policía.
Se ha logrado articular un movimiento antifascista madrileño que es más plural y fuerte que nunca, y que ha sabido mantener viva la memoria de Carlos hasta el juicio aunque hayan pasado casi dos años.
Se ha logrado contribuir a la destitución de la anterior delegada del gobierno Soledad Mestre, sacando además a la luz las vinculaciones de elementos policiales con grupos de extrema derecha.
Pero esto no ha sido gratis, la represión en este tiempo ha sido feroz, mucho mayor que durante los años en que el ultraderechista Ansuategui (PP) estaba al frente de la Delegación de Gobierno. En los últimos dos años han habido más detenidos, heridos en cargas policiales y procesados antifascistas que en los 10 años anteriores juntos.