IMC Alemania / Agencias / La Haine [Traducido por La Haine].
Millones de personas participaron en marchas y protestas para celebrar Día del Trabajo en el mundo. En Alemania, Turquí y Santiago de Chile se reportaron decenas de heridos provocados por la represión policial.
La policía de Berlín realizó violentas cargas contra grupos de antifascistas, al término de la manifestación del Primero de Mayo Revolucionario en el barrio de Kreuzberg que concentró a más de 5.000 izquierdistas y entre los que se encontraban centenares de seguidores del Bloque Negro o "autónomos".
Los incidentes se desencadenaron cuando grupos de manifestantes integrantes de la marcha empezaron a lanzar piedras y botellas contra los nazis que pretendían manifestarse en ese distrito multiétnico.
Las fuerzas antidisturbios, que habían desplegado un contingente de unos 5.000 agentes para proteger a la ultraderecha, respondió con contundencia, mientras grupos de activistas prendían fuego a contenedores de basura y bloqueaban accesos a las calles adyacentes.
La víspera de este viernes, en la llamada Noche de Walpurgis, se produjeron ya los primeros alborotos en el vecino barrio de Friedrichshein, ante la negativa del gobierno a prohibir la marcha nazi, con 57 detenidos.
También en Berlín, centenares de jóvenes ocuparon los andenes del metro ante la central del NPD [Partido Nacional Democrático] en el barrio de Kopenick, donde habló ante un centenar de neonazis el presidente del partido, Udo Voigt.
Ulm
En Ulm (Baviera) se registraron los más serios encontronazos entre el millar de seguidores del ultraderechista Partido Nacional Democrático Alemán (NPD) y unos 10.000 contramanifestantes convocados por organizaciones antifascistas.
La Policía recurrió a los cañones de agua a presión y las cargas para proteger a los nazis, después de que grupos aislados de jóvenes lanzaran botellas y piedras contra la marcha neonazi. Se produjeron más de una centena de detenciones, según fuentes policiales.
En Dortmund (oeste del país) fueron detenidos 200 neonazis, que atacaron un acto sindical, aunque cais inmediatamente fueron puestos en libertad, no se sabe si con pedido de disculpas.
En Hannover y Maguncia (norte y oeste) unos 20.000 contramanifestantes expresaron su rechazo a la ultraderecha, siendo también fuertemente reprimidos por la escolta policial de los nazis.
En Maguncia también hubo intentos nazis de manifestarse protegidos por la policía, pero fracasaron ante la decidida resistencia de miles de antifascistas, que se enfrentaron tanto a los grupos de choque nazis como a sus protectores estatales.
Turquía
Resistencia en Estambul. Fotos: Reuters
Las protestas en Estambul rápidamente se volvieron violentas ante la prohibición oficial de manifestarse en la emblemática plaza de Taksim, que la policía había acordonado.
Los miles de manifestantes convocados por los sindicatos turcos lograron reconquistar la plaza luego de ardua lucha contra la policía antidisturbios turca, que ha utilizado caños de agua y bombas lacrimógenas para intentar alejar a los manifestantes.
Las cadenas de televisión han mostrado imágenes en las que se aprecia a los agentes antidisturbios reprimiendo violentamente a los manifestantes, y a los activistas lanzando piedras y cócteles molotov contra bancos y atacando los escaparates de tiendas de lujo.
Finalmente se consiguió que unas 5.000 personas alcanzaran la plaza y, rodeadas por fuertes medidas de "seguridad", celebraran allí el Día del Trabajo por primera vez en 32 años. La represión policial dejó unos 200 heridos y al menos 68 detenidos.
En Austria, en la ciudad de Linz, también hubo más de 20 heridos y cinco detenidos en un enfrentamiento entre un grupo de encapuchados y la policía.
En Rusia también se batió el récord de participación de los últimos años en Moscú, con más de 70.000 manifestantes, entre opositores y oficialistas.
Atenas
Centenares de antifascistas intentaron llegar a los lugares emblemáticos de la revuelta de diciembre, pero fueron rechazados por el desmedido despliegue policial.
Los manifestantes lanzaron bombas incendiarias y piedras para responder a los ataques de las fuerzas represivas que se habían concentrado en las afueras de la Escuela Politécnica de Atenas.
Los 4.000 agentes antidisturbios desplegados para vigilar las concentraciones de los trabajadores, dispersaron a los radicales con gases lacrimógenos primero y luego violentas cargas.
En el centro de la capital helena, unos 6.000 manifestantes acudieron al llamamiento de los sindicatos de trabajadores, de tendencias izquierdistas. Los manifestantes protestaron contra la política económica y social del Gobierno conservador, gritando lemas como "los trabajadores no pagarán la crisis".
La Policía del barrio ateniense conflictivo de Exarhia informó de que un grupo de jóvenes encapuchados prendió fuego a un coche todoterreno de lujo que circulaba por la calle y que se negó a desviarse para no pasar por el medio de la concentración. Sus ocupantes lograron abandonar el vehículo sin sufrir heridas.
Exarhia fue el escenario del asesinato de un adolescente por un balazo policial en diciembre pasado, tras lo cual se desató una ola de violencia y enfrentamientos callejeros en el país, ante la negativa del gobierno de castigar al policía asesino.
América latina
Cerca de un millón de personas participaron en las diferentes fiestas organizadas por las centrales sindicales para conmemorar el Día del Trabajo en Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña y suramericana, según cálculos de la policía.
La marcha que más trabajadores atrajo (unos 600.000) fue la organizada por la Fuerza Sindical, la segunda mayor central obrera del país. La marcha organizada por la Central Única de los Trabajadores (CUT, mayor central del país, oficialista) y por la Unión General de los Trabajadores (UGT) atrajeron cada una a cerca de 200.000 participantes.
En Chile se presentaron los disturbios más graves, pues la represión policial a los manifestantes que reclamaban mejoras salariales y más fuentes de empleo, en el centro de Santiago, dejó centenares de heridos y 65 detenidos.
Francia
Trabajadores en Marsella. Foto: EPA
Las ocho principales centrales sindicales franceses, mayormente oficialistas, marcharon juntas este Primero de Mayo. Lo hicieron ayer en las casi 300 manifestaciones celebradas por toda Francia, con un objetivo claro: protestar contra Nicolas Sarkozy y su política neoliberal anticrisis, que sólo ayuda a los banqueros y no frena la sangría de despidos.
Según los sindicatos las marchas reunieron a 1,2 millones. Menos, en todo caso, que en las manifestaciones celebradas el 29 de enero y el 19 de marzo, que obedecían a los mismos motivos. Pero cientos de miles más que más que el Primero de Mayo de 2008, lo que indica hasta qué punto la crisis espolea a los trabajadores para bajar a las calles de un país donde hay más de 2,5 millones de parados.
En París, la manifestación convocó a 160.000 personas, según los sindicatos. La marcha reunió a trabajadores de Peugeot con la mosca del paro detrás de la oreja y a desempleados de nuevo cuño que hacía tiempo que no participaba en ninguna protesta y a los que el paro ha empujado a bajar a la calle. Se unieron también miembros de defensoras de los inmigrantes sin papeles, entre otros.
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