miércoles, 17 de diciembre de 2008

Libertad para los ultras

71 días. Eso lo que separan un 1 de Octubre de un 10 de Diciembre, o lo que es lo mismo, ese es el tiempo en el que una injusticia más, estuvo presente en el Estado español. Lo que para algunos han sido 2 meses y medio de una vida normal (trabajar-consumir-trabajar-consumir...), para Santi han sido dos meses y medio de calvario. Dos meses y medio de una pesadilla que parecía que no iba a tener fin. Muchos fueron los que se solidarizaron con su situación y pedían su puesta en libertad inmediata, desde los diferentes grupos ultras de los distintos equipos, tanto del Estado como de fuera, como desde instituciones que no tienen que ver con el mundo de las gradas ultras (consulado francés, el equipo de Olympique de Marseilla...).

Por su parte, la prensa defendiendo lo indefendible, Acusando lo “inacusable”. Faltando al respeto de una persona y saltándose la “ley” objetiva del periodismo, colocándose de nuevo al servicio del Estado y de sus fuerzas de seguridad, intentando producir un engaño de masas que no han conseguido ante la evidencia de la situación.

Nosotros no creemos que haya habido “justicia al fin”, como dicen ahora muchas personas tras su puesta en libertad. Nosotros tenemos una idea de justicia bien diferente. Justicia no es el secuestro de una persona injustamente por el espacio de 71 días. Justicia no es producir una brutal carga contra unos aficionados que van a ver el fútbol tranquilamente y se les acusa de portar símbolos nazis siendo claramente anti-racistas (¿o acaso dudáis de que la policía desplegada para ese partido en el Vicente Calderón no sabía perfectamente que Comando Ultra 84, uno de los grupos más conocidos a nivel europeo, eran antifascistas?). Justicia no es pagar 6000 euros por la libertad de una persona que no hizo nada más que recibir porrazos y porrazos por parte de la policía. Justicia no es que los miembros de la policía que se dedicaron a pegar porrazos sin sentido contra los aficionados franceses desplazados estén en su casa comiendo tranquilamente con su familia y sin que ningún tipo de sanción haya caído sobre ellos al producirse una clara equivocación por su parte. Y es que las injusticias del fútbol las pagan los de siempre, los ultras.

Entre los colectivos que se han solidarizado y movido por su libertad, no nos queda otra que mencionar con “nombre y apellidos” a BUKANEROS (ultras antifascistas del Rayo Vallecano) que, sin interés alguno más que conseguir la libertad de un ultra antifascista, han movido viento y marea para conseguir su libertad, poniendo a disposición del detenido el abogado del grupo, realizando una manifestación, sacando pancartas mensaje en todos los partidos disputados en casa, cantando cada vez más alto contra su secuestro...En algunas acciones realizadas por ellos, se han llevado multas, detenciones...demostrando un claro compromiso por el movimiento ultra antifascista.

Por último, mandar un abrazo a Santi, esperando que no vuelva a encontrarse ni él ni ningún ultra antifascista con una situación parecida. Que la situación judicial que ha quedado pendiente de su caso, se quede en nada, que es en lo que tenía que haberse quedado al iniciarse, y que la crisis en el Estado no la paguen los ultras.

¡¡¡Libertad para los ultras!!!

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